El mito nos permite conocer la historia no oficial de los pueblos, la historia contada a nuestros abuelos, a nuestros padres y a los padres de nuestros abuelos, la historia que nos permite ir más allá de la cronología, de los años exactos, de los procesos de la historia.
Quizá con una cierta cantidad de fantasía nos permite llegar a esos lugares que conocemos y no sabemos de donde surgieron, el mito como parte de nuestra realidad y de nuestra identidad, identidad que viene forjando historia tras historia, mito tras mito.
El mito como dice Eliade forma parte de nuestros comportamientos actuales y no es una fantasía, el mito de nuestros pueblos, es la historia de nuestra alma, de nuestros sentires y del sentir de nuestros ancestros. Al mito se lo debe considerar como parte fundamental de nuestro origen, el mito nos permite soñar con esos seres casi irreales que existieron y forjaron paso a paso la historia de un pueblo, de una sociedad, de la humanidad, de un mundo.
El mito que cuenta parte de la historia de nuestro país es el MITO DE QUITUMBE, comienza desde la creación de universo después del diluvio universal, las primeras emigraciones fueron hacia Venezuela, de estos pobladores algunos pasaron a Sumpa (Santa Elena), donde su cacique fue Tumbe quien ayudó al progreso de su pueblo, tiene dos hijos Quitumbe y Otoya , luego de esto muere.
Su hijo Quitumbe funda en honor a su padre el pueblo de TUMBEZ, Otoya cae prisionero de unos gigantes donde al final muere, Quitumbe huye a la isla PUNA pero como sus tierras son áridas migra hacia QUITU y se establece ahí, Quitumbe y su mujer Llira tienen un hijo a quien llaman Gua- yanay (golondrina), el mismo q a su muerte deja un hijo llamado Atau, padre de Manco – Cápac, el primer Inca.
Es como van apareciendo los personajes que ahora veneran los pueblos andinos, en el recorrido de Quitumbe se encuentra la Ruta de los Monolitos, donde se encuentran puntos de mucha energía, en la visita a dos de los puntos en la ciudad de Quito se pudo evidenciar lo que el mito contaba, en la Plaza Grande es donde se encuentra el monolito más representativo y más evidente de la ciudad, con un rostro animalizado en el piso se encontraba la figura del monolito, al sostener una cadena dentro del monolito esta se quedaba en forma rígida, al ponerla afuera se podía evidenciar movimientos circulares representando lo femenino y movimientos de izquierda a derecha representando lo masculino.
Otros monolitos se pueden encontrar en distintos lugares de la ciudad de Quito solo tenemos que ser mas observadores y curiosos de la mitología andina.
El Panecillo, La Magdalena, Chillogallo, La Colón, en la Shyris y Naciones Unidas, son los lugares donde podemos experimentar la energía que posee la ruta de los monolitos que tiene una forma lineal hacia la tierra elegida por Manco – Cápac y Mama Occllo para fundar la ciudad sagrada el Tahuantinsuyo.
Quizá con una cierta cantidad de fantasía nos permite llegar a esos lugares que conocemos y no sabemos de donde surgieron, el mito como parte de nuestra realidad y de nuestra identidad, identidad que viene forjando historia tras historia, mito tras mito.
El mito como dice Eliade forma parte de nuestros comportamientos actuales y no es una fantasía, el mito de nuestros pueblos, es la historia de nuestra alma, de nuestros sentires y del sentir de nuestros ancestros. Al mito se lo debe considerar como parte fundamental de nuestro origen, el mito nos permite soñar con esos seres casi irreales que existieron y forjaron paso a paso la historia de un pueblo, de una sociedad, de la humanidad, de un mundo.
El mito que cuenta parte de la historia de nuestro país es el MITO DE QUITUMBE, comienza desde la creación de universo después del diluvio universal, las primeras emigraciones fueron hacia Venezuela, de estos pobladores algunos pasaron a Sumpa (Santa Elena), donde su cacique fue Tumbe quien ayudó al progreso de su pueblo, tiene dos hijos Quitumbe y Otoya , luego de esto muere.
Su hijo Quitumbe funda en honor a su padre el pueblo de TUMBEZ, Otoya cae prisionero de unos gigantes donde al final muere, Quitumbe huye a la isla PUNA pero como sus tierras son áridas migra hacia QUITU y se establece ahí, Quitumbe y su mujer Llira tienen un hijo a quien llaman Gua- yanay (golondrina), el mismo q a su muerte deja un hijo llamado Atau, padre de Manco – Cápac, el primer Inca.
Es como van apareciendo los personajes que ahora veneran los pueblos andinos, en el recorrido de Quitumbe se encuentra la Ruta de los Monolitos, donde se encuentran puntos de mucha energía, en la visita a dos de los puntos en la ciudad de Quito se pudo evidenciar lo que el mito contaba, en la Plaza Grande es donde se encuentra el monolito más representativo y más evidente de la ciudad, con un rostro animalizado en el piso se encontraba la figura del monolito, al sostener una cadena dentro del monolito esta se quedaba en forma rígida, al ponerla afuera se podía evidenciar movimientos circulares representando lo femenino y movimientos de izquierda a derecha representando lo masculino.
Otros monolitos se pueden encontrar en distintos lugares de la ciudad de Quito solo tenemos que ser mas observadores y curiosos de la mitología andina.
El Panecillo, La Magdalena, Chillogallo, La Colón, en la Shyris y Naciones Unidas, son los lugares donde podemos experimentar la energía que posee la ruta de los monolitos que tiene una forma lineal hacia la tierra elegida por Manco – Cápac y Mama Occllo para fundar la ciudad sagrada el Tahuantinsuyo.
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