lunes, 19 de abril de 2010

AGORA


Más allá de la historia, existe la leyenda, esa leyenda que nos cuenta como una mujer revolucionó el conocimiento pese a tener la presión de una sociedad cristiana por sobretodo, que no aceptaba que se refute la creación de dios con alguna explicación o investigación científica.
Hipatia intentó librar y proteger el conocimiento que muchos de los cristianos no podían comprender, con la inalcanzable protección de la biblioteca de Alejandría cuando los cristianos empezaron a invadir las instalaciones, aunque no pudo hacer mucho, era una forma de hacer prevalecer el conocimiento científico ante el religioso.
En la película se puede observar la querella entre religiones, la ignorancia del pueblo, la historia de Alejandría, el amor de Hipatia por la astronomía, el amor de un alumno por su profesora, etc., además y sobre todo la defensa de Hipatia de Alejandría por la razón y el conocimiento, como dice en la portada de la película Hipatia “una mujer, un pueblo, una civilización, un mundo”; yo diría más bien; una mujer que dentro de una civilización pretendía encontrar el mundo de un pueblo, mundo el cual ella definía como el centro de la vida.
Hipatia menciona palabras que son rescatables “si no existiera un centro, el mundo no tendría sentido”, la interpretación a estas palabras podría ser que quizá cada una de las personas necesitamos un centro para que guie nuestra vida pudiendo ser la música, la filosofía, la ambición al poder, el amor, el arte, la investigación, etc., somos un mundo que necesitamos un centro para darle sentido a nuestra vida. La búsqueda del centro del mundo nos lleva a encontrar la libertad para decir lo que se piensa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario